lunes, 9 de marzo de 2009

10 METROS

Temblorosa la tela de tu vestido
Revelaba un movimiento más profundo,
La mirada obstruida estuvo por el medio del camino
Por ello no encontraba de ese movimiento su destino.

Sillas, mesas, gente, la misma algarabía de todos los días,
Si bien el espacio estaba lleno, solo un obstáculo en 10 metros al frente
Detenía la conexión entre mi mirar y tus rodillas.

Rítmico movimiento que en mi sangre provocó oleaje,
Sorprendente momento, mágica ocasión,
Cuando mis ojos, como presa de un brebaje,
Buscaban el Monte de Venus como postrer visión.

La mirada, aunque bloqueada, busco siempre su ángulo,
Tú, aunque acompañada, no perdías el contacto visual,
Yo, que me permití verte con descaro sin nada casual,
Y tú que me dejaste verte sin más menoscabo.

Tus ojos se posaban en los míos y me indicaban el espacio,
Mis ojos se posaban en lo tuyos y sin demora se dirigían a la cima,
Tu piel de alabastro formaba un aterciopelado sendero
Que mis pupilas, ansiosas, apuraron a recorrerlo.

Segundos, minutos, horas, una vida quizá,
La intensidad de tu mirada fue siempre el faro que me guió,
El dibujo de tu vestido marcó la trayectoria,
El movimiento de tus rodillas indicó el camino para llegar, con mis ojos, a la gloria.

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