sábado, 30 de mayo de 2009

UNIÓN

Por César E. Pérez

Te buscaré en la nubes que techan mi devenir,
te soñaré bajo los pliegues de la luna insomne,
te disfrutaré escondido tras las capas del firmamento,
te veré de frente....
y entonces seré uno contigo...

TRAIDOR

Por César E. Pérez

Siempre lo sabemos nuestro, porque se une a nuestra cruzada amorosa, está como escudero y estuche, que recibe de nuestras manos el bien preciado y lo resguarda.

Mas, a veces pasa que de tanto recibir, de tanto guardar, se desprende su receptáculo natural y se adosa a un lugar que no les propio, se instala en un patio ajeno donde no tiene cabida ni área, pero con el que se identifica y lo siente como si ese fuera su lugar.

Nos deja sin vacilación, nos traiciona pues, y se va con el otro, con ese otro del que tanto le dimos a guardar y pasa que queda el hueco, la desazón.

Y como yo, que ahora de tan traidor que me ha abandonado, dejándome sin alma, vacío, y en la lucha por recuperarle y que se apiade de mi, para que vuelva a palpitar dentro de mi y me permita, de nuevo, volver a amar...

lunes, 25 de mayo de 2009

LA MUJER QUE BUSCO

Para Trizia, que espero entienda
el sentido de estas palabras...

Por César E. Pérez


Debe ser mi némesis, mi antítesis,
Aquella que me rebata y contraríe,
Cuyos argumentos sean irrebatibles
Y que a la vez sean negociables.

Quiero a la mujer que me lo permita,
Que desee ser mi complemento,
Que me deje ser de ella suplemento,
Que de cada uno seamos nutricios.

Anhelo una fémina que me consuele
Pero no quiero una nueva madre,
Que comprenda mis sueños y los aliente
Pero no quiero una amiga.

Debe ser mi prólogo
Para que yo sea su corolario,
Convertirse en mi cuarta de forros
Y yo sea su concentrador de comentarios.

Busco una mujer multifacética,
Que maneje varias personalidades,
Pero que en la intimidad sea una
Y esa sea la real que a mí me muestre.

Quiero una que sea luz de mis fotos,
Que sepa integrar la composición,
Que reconozca la temperatura de color
Y que dé el click con pasión.

Busco mi media naranja con denuedo,
Mas no con excesiva aprehensión,
Pretendo que sea el incierto destino
Quien se encargue de ponerla en el camino.

Busco una mujer que haga lo imposible,
Que tenga claro qué es lo que quiere,
Que sepa de su vida cuál es el destino
Y que me contemple en su sino.

Quiero una mujer que sea mi compañía,
Que me acompañé en fotos quebradizas,
Que tenga mis mismas prisas
Y que, al final, cierre el último verso de mi poesía.

miércoles, 13 de mayo de 2009

CALORES

Por César E. Pérez

Imágenes,
Visibles aun sobre el terrible calor que asuela la ciudad
Y la bruma danzarina de las altas temperaturas
Que se desprenden del suelo, de las paredes, de los cuerpos.

El aire sopla caliente y limpia el horizonte,
Me hace encontrar formas conocidas en los cerros circundantes,
Lo pegajoso de mi piel ante las oleadas de sudor
Complementa las sensaciones y atrae volcánicos, recientes recuerdos.

Mi boca seca por el sol inclemente aún guarda
El tacto, la suavidad y la frescura de tus pezones,
Aunque mis labios claman por liquido que los revitalice
También exigen sentir que la piel de tus pechos los reanime.

El clima ha sido extremoso, la lluvia escasa,
El cuerpo pide un descanso ante la alta temperatura,
Pero afirma el deseo por la misma en otras circunstancias
Aun en espacios impensados para la pasión.

No ha pasado tanto tiempo desde entonces, ni tampoco distancia,
Acaso unos minutos y segundos, unos metros y centímetros,
El extremoso clima mínimo se ha hecho ante el contacto,
Ante el fuego encendido entre tus pechos y mis labios.

sábado, 2 de mayo de 2009

CIUDAD HOSPITAL

Por César E. Pérez

Quien lo diría, tantos años por ocupar ese espacio, ese lugar que por historia, leyenda y tradición ha sido testigo mudo y fiel de las más variadas ideas, ahora está vacío.

Tantos golpes de las policías de azul, de los policías de negro, ahora de los policías de verde, contra los que osaban arengar contra una mala decisión, una medida extraña, de un exabrupto presidencial. Ahora el zócalo luce vacío, igual que todo.

Cuántos años de corretizas ante el intento de manifestar el desacuerdo por el alza de precios, por los nuevos impuestos, por las crisis económicas; cuántas manifestaciones que fueron y vinieron para ganar el espacio, el lugar, y ahora luce vacío. Lo mismo la ciudad completa.

De 8 millones de habitantes, que diariamente abarrotan las tiendas, los restaurantes, los bares, las avenidas, las calles, los transportes, parece que casi todos están desaparecidos, difuminados, y los pocos que ven tienen rostros incompletos, extraños, de lo que sólo una mirada asustada y ensimismada se ofrece.

¿Dónde han ido las mayorías?, ¿dónde están las romerías?, ¿por qué hay lugares sin ocupar en el metro, en el camión, en las calles?, ¿acaso ya no hemos vuelto una ciudad fantasma?

En estos días todo es temor, todo es suspicacia, todo es vigilancia, todo es desconfianza, todo es vacío. Las calles aún de día lucen transitables por solitarias, lucen limpias por abandonadas, lucen espaciosas por no ser usadas.

Poco se habla, poco se comenta, más aún, nada se besa y nada se abraza, como si el entendimiento y el amor fueran cosa de muerte, de tortura, de incomodidad. Se niega el saludo, se niega el acercamiento, se niega el contacto.

Lo único que se oye es la sucesión de las fases de alerta, del futuro incierto, de la búsqueda de culpables, de las justificaciones, de la resignación, de la catástrofe bíblica, de la probable solución.
Y una multitud de preguntas: ¿qué es?, ¿por qué a nosotros?, ¿cómo se quita?, ¿cómo se adquiere?, ¿qué debo hacer para evitarlo?, ¿qué no debo hacer?, ¿es un complot de los que manejan el poder económico del mundo?, ¿es el gobierno que está buscando tapar con algo todas sus trapacerías?, ¿se va a acabar el mundo?

Tras haber sido tomado como el espacio ideal para la expresión de las ideas, hoy el zócalo ha sido abandonado, luciendo vacío como la ciudad entera, dónde la única preocupación es saber dónde comprar tamiflu.

La ciudad luce triste y sola, su espacio se ha convertido en la extensión de un hospital, donde todo debe estar controlado, esterilizado y desinfectado, triste destino para un ente otrora bullicioso.