Por César E. Pérez
Qué tan cierta esa silueta que mis manos recuerdan,
qué tan sonoro el andar que mis ojos recrean.
no lo sé, la vista ha enmudecido de llorar
y el tacto ha perdido el placer de gustar.
Qué tan lejos o qué tan cerca estás,
realmente no lo sé,
cuándo la distancia es tan mínima como el mundo
y tan lejana como una mirada.
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Gracias por el interés en las letras amorosas de la poesía.