lunes, 26 de enero de 2009

VIDA

Es frágil
Pero nos empeñamos en creerla fuerte,
Es sencilla
Pero nos empeñamos en complicarla,
Es pura
Pero nos empeñamos en ensuciarla.

¿Qué es más fácil, tenerla o perderla?
Pues cuando nos damos cuenta de su existencia
Es cuando se deteriora o pudimos desaparecerla.

¿Qué es más sencillo, respetarla o arrastrarla?
Pues cuando las complicaciones con altas
Hasta los peores asesinos la lloran.

¿Qué es más satisfactorio, llenarla de tranquilidad u odios?
Pues cuando los problemas son superiores a las fuerzas
Se cae en la cuenta que era necesario callar.

¿Por qué nos empeñamos en hacerla infeliz?
¿Por qué nos aferramos a hacerla enredosa?
¿Por qué nos forzamos a convertirla en una carga?

Qué mejor sería reconocer nuestros sentimientos,
Darle salida franca a lo que nuestro corazón aprisiona,
Qué mejor sería una salida libre a nuestros deseos
Para darle rienda suelta a nuestra alma.

Si tomáramos la mano de nuestro amor verdadero
Y le desnudáramos nuestros deseos,
Si enfrentáramos esos fantasmas que nos atormentan
Y expresáramos los más profundos anhelos,
Si reconociéramos nuestra fragilidad
Y actuásemos en consecuencia a ello,

Si el miedo, la fatalidad, la ambición y estulticia
No inundara nuestro débil caparazón,
Podríamos mostrar nuestros sentimientos tal cual son,
Podríamos entregar el corazón con ardor
Y mostrar al ser amado un real amor.

Pero no,
No empeñamos a creerla fuerte, cuando es frágil,
Nos empeñamos en complicarla cuando en sencilla,
Nos empeñamos en ensuciarla cuando es limpia,
Nos empeñamos en matarla y, a la vez, quererla viva.

¿Por qué nos empeñamos en hacerla infeliz?

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