miércoles, 15 de abril de 2009

FAREWELL, WELCOME

Por César E. Pérez

Es muy triste saber que el
amor de nuestra vida, que
la persona amada sólo fue
un espejismo, que aunque
pudimos tocarla, sentirla,
besarla, realmente nunca
fue ni un poco nuestra.

¿Cómo poder expresar el
tamaño de vacío que
queda tras un amor tan
intenso, pero que sólo fue
de un solo lado?, ¿cómo
describir la sensación de
un cuerpo plagado de deseo
sabiéndose siempre
rechazado?, ¿cómo asimilar
que una vez más fue una
equivocación?

No hay nada que hacer ni
a quien recurrir, nunca
jamás alguien tiene seguro
el amor del otro, de
ninguna manera la propia
vibración corporal tiene
seguro encontrar su
correspondientes en el
cuerpo deseado, nunca se
sabe si un beso, una caricia,
tendrá el mismo poder de
la frase "te amo",

Espantoso es saberse sin
posibilidad de competencia,
de saber que los propios
pecados para no ser amado
son el ser amoroso,
amable, sincero,
cooperador, no posesivo,
quizá atractivo... Y lo que
no está a favor es
justamente lo contrario.

Es muy difícil asumir que
el objeto de nuestro
padecimiento se ha cerrado
al amor y piensa acudir a
la sexualidad sin placer ni
deseo, dejando que otros
se regocijen en su cuerpo,
mientras ella se desprende
de si misma e imagina que
su vida no está destrozada
y fantasea en que su
verdadero amor, el que ella
rechazó, vendrá a
rescatarla de tan amarga
existencia.

¿Pero cómo lograr un
rescate al que no se es
llamado?, ¿cómo enjugar
lágrimas si no se es
requerido como pañuelo?,
¿cómo pedirle al hombro
que sirva de apoyo y
consuelo si no fue
necesitado?, ¿cómo
explicarle a mi alma, que
sufre lo mismo que tú, que
su padecimiento nunca será
apreciado?

¿Ahora qué hacer con tanto
amor desperdiciado?, ¿qué
hacer con tantos sueños
rotos?, ¿qué hacer con
tanto deseo contenido y
con destinatario?, ¿qué
hacer después de saberse
no amado, no deseado, no
soñado, no sentido?

Aunque el sufrimiento es
inmarcesible, no queda
más que asumir la cruel
realidad, perdir perdón por
haber amado tanto y con
todo el corazón,
disculparse por insistir en
ello, excusarse por
entregar la vida y,
cargando nuestra alma
hecha jirones, desaparecer
y perderse en los
insondables caminos de la
existencia.
----------------------------------------
EN CORTO

Algunas veces te mencione
que toda mi vida lo
admitiría y que los repetiría
siempre: Eres la mujer de
mi vida y te amaré por lo
que quede de ella.

Siempre supe que yo
en tu vida no significaba
nada, siempre hubo alguien
más que ocupaba tus
esfuerzos, tu tiempo, tu
espacio. Pero, como ya
te he dicho, por lo menos
te tuve en mis brazos, te
pude besar, sentir tus aroma,
acariciar tu cuerpo, ver
accidentalmente un poco de nalgas,
adorar de vista tus senos, sentirte
así un poco mía y, con eso,
ya cumplí la parte más vital
de mi existencia.

Ahora el futuro es triste y
claro, estoy cierto que en
mi vida, hoy y ahora, varias
mujeres cruzarán mi
camino y que terminaré
con alguna de ellas, pero a
ninguna amaré del todo,
porque mi corazón, mi vida
y mi alma siempre serán,
aunque asi no lo sientas,
tuyos.

Adiós para siempre y
bienvenida al resto de
mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por el interés en las letras amorosas de la poesía.