viernes, 10 de abril de 2009

NOSTALGIA INÚTIL III, RESOLUCIÓN

Finalmente, nunca tiempos pasados fueron mejores y nunca los cuentos de hadas serán un reflejo de nuestra realidad y nuestra vida. Esas historias fantásticas pretenden encerrar enseñanzas, pero que nunca comprenden la complicación humana.

Siempre, esas historias encierran sucesos de familias enfrentadas, de villanos extremadamente fríos y calculadores, de situaciones superiores a las fuerzas propias, de personas manipulables y sin decisión propia.

Nunca la vida será tan sencilla y lineal como es los cuentos ahora considerados para niños, los matices que nos envuelven encierran una multitud impresionante de rasgos, hechos, situaciones y reflexiones, lo que nos permite cambiar en todo en cualquier momento.

Ciertamente la vida no es fácil y requiere de un continuo esfuerzo por llevar a buen puerto la propia existencia; nuestro devenir está lleno de errores de apreciación, de no haber sabido aprovechar las oportunidades que se nos presentan, de no haber emprendido las aventuras cundo estaban a nuestra puerta y de no haber tomado por los cuernos el toro del amor cuando lo tuvimos enfrente.

Los cuentos de hadas, los originales, siempre cuentan las mismas historias de desamor, de agresividad, de perdición, de venganza, de desengaño, y siempre con los mismo personajes, como el rey, la reya, la princesa y el villano (el héroe en las versiones edulcoradas por Disney), con las mismas situaciones, como la venta de las hijas, el engaño marital, el aprovechamiento de la situación adversa por parte del villano, el destierro.

No importa que la historia sea en la época actual y con una playa de escenario, que sea en la época medieval y un reino como marco, o en el espacio sideral y un tiempo desconocido; que el motivo sea tener al heredero, que se trate del abuso de la princesa o la hija, que la madres se conviertan en brujas, que el gran amigo sea el gran villano, que el padre se convierta en el peor enemigo de su familia, en la vida real estas situaciones no se aplican pues no toman en cuenta las tonalidades de la existencia.

La nostalgia inútil es producto de nuestra especial propensión a suavizar todo y hacerlo hermoso, cuando sabemos que no es así y que debemos asumirlo como lo que es en realidad.

Nuestra vida nunca es ni será un cuento de hadas, es producto de nuestra inherente complicación humana.

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