sábado, 4 de abril de 2009

NOSTALGIA INÚTIL

Días y noches de paraíso en la tierra,
Los únicos límites el cielo y el mar.
Cierto, mi amor un poco viejo,
Pero sin necesidad de ir a mi paso.

La arena, el sol, la salinidad reinante,
Acapulco ahí tomaba otra connotación,
Para Electra el marco perfecto,
Hacer el amor sin pecado con el progenitor.

Tardes de olas, de brisa, de deseo,
No disminuido, sino lento, experimentado,
Que alcanzaba su culminación tras una cena,
Tras mi flujo hormonal acumulado.

Mañanas de búsqueda de sensaciones,
Quizá un poco incomprendidas,
Envolviendo el cuerpo en la sensualidad del lodo,
Enjuagándonos inclinados tras las rocas.

Esas noches de diciembre fueron para mi radiantes,
Muy felices y más que eso gozosas,
Aunque no tan intensas como mi deseo,
Ni tan excitantes como mi pasión amorosa.

Que si de mi no quiere hijos,
Es algo que en diciembre y Acapulco no importaba,
Mi amor viejo estaba conmigo
Y eso en el momento opacaba cualquier sufrimiento.

Electra nunca lo hubiera adivinado,
Que una vez que una vez que el padre obtuviera de ella sexo,
Que ésta vez hubiera sido la postrera y la entrada al infierno,
Y después simplemente la haya desechado.

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Gracias por el interés en las letras amorosas de la poesía.